miércoles, 6 de diciembre de 2017

El problema del mal

Parte de Génesis 2 y 3

(...)
9 Y el Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, que eran atrayentes para la vista y apetitosos para comer; hizo brotar el árbol del conocimiento del bien y del mal.
10 De Edén nace un río que riega el jardín, y desde allí se divide en cuatro brazos.
11 El primero se llama Pisón: es el que recorre toda la región de Javilá, donde hay oro.
12 El oro de esa región es excelente, y en ella hay también bedelio y lapislázuli.
13 El segundo río se llama Guijón: es el que recorre toda la tierra de Cus.
14 El tercero se llama Tigris: es el que pasa al este de Asur. El cuarto es el Eufrates.
15 El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo cuidara.
16 Y le dio esta orden: «Puedes comer de todos los árboles que hay en el jardín,
17 exceptuando únicamente el árbol del conocimiento del bien y del mal. De él no deberás comer, porque el día que lo hagas quedarás sujeto a la muerte».

(...)

1 La serpiente era
el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho, y dijo a la mujer: «¿Así que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?».
2 La mujer le respondió: «Podemos comer los frutos de todos los árboles del jardín.
3 Pero respecto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: «No coman de él ni lo toquen, porque de lo contrario quedarán sujetos a la muerte».
4 La serpiente dijo a la mujer: «No, no morirán.
5 Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal».
6 Cuando la mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir discernimiento, tomó de su fruto y comió; luego se lo dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió.
7 Entonces se abrieron los ojos de los dos y descubrieron que estaban desnudos. Por eso se hicieron unos taparrabos, entretejiendo hojas de higuera.
8 Al oír la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la hora en que sopla la brisa, se ocultaron de él, entre los árboles del jardín.
9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?».
10 «Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí».
11 El replicó: «¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?».
12 El hombre respondió: «La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él».
13 El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Cómo hiciste semejante cosa?». La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí».

martes, 31 de octubre de 2017

Material para TP

Breve historia del pueblo de Israel Click acá

Relato de la Creación Gn. 1 Click acá

Relato de la Creación Gn. 2 Click Acá

Otros textos del AT sobre el tema de la Creación:
Salmo 136
Salmo 148
Proverbios 3, 19-20
Proverbios 22, 2.
Proverbios 29, 13.
2 Macabeos 7, 28


Pueden leer estos textos en la biblia online Click acá

Enuma Elish
  •      —Es una de las creaciones más importantes de la religiosidad acádica.
  •      —Relata los orígenes del mundo para exaltar a Marduk.
  •      —Redactado aprox en el 1100 AC.
  • —     A pesar de haber sido reinterpretados, se advierte la antigüedad de los temas.Ante todo, la imagen primordial de una totalidad acuática indiferenciada en la que aparece la primera pareja, Apsu y Tiamat. De la mezcla de las aguas dulces y las aguas saladas son engendradas otras parejas divinas. 
—La historia:
Cuando en lo alto el cielo no había sido nombrado, no había sido llamada con un nombre abajo la tierra firme, nada más había que el Apsu primordial, su progenitor, (y) Mummu-Tiamat, la que parió a todos ellos, mezcladas sus aguas como un solo cuerpo. No había sido trenzada ninguna choza de cañas, no había aparecido marisma alguna, cuando ningún dios había recibido la existencia, no llamados por un nombre, indeterminados sus destinos, sucedió que los dioses fueron formados en su seno….
Con sus juegos y gritos los jóvenes dioses turban el reposo de Apsu, que se queja a Tiamat:
“Insoportable me es su conducta. De día no puedo reposar, de noche no puedo dormir. Voy a aniquilarlos para poner fin a sus travesuras. Y que reine el silencio entre nosotros, y así al fin podremos dormir”
Tiamat se opone («¿Qué? ¿Vamos a destruir lo que hemos edificado? Su conducta, ciertamente, es enojosa, pero esperaremos con paciencia»).
Pero Aspu no se deja convencer y planea matar a los dioses.
Los dioses jóvenes dioses se enteran. Ea hace que Apsu se duerma mediante conjuros, luego le arrebata su resplandor (“poder”) y lo mata. Se convierte en el nuevo dios de las aguas y engendra a Marduk.
El texto se detiene a exaltar la gigantesca majestad, la sabiduría y la omnipotencia de este dios que nace el último de todos ellos.
“En la cámara de los destinos, morada de los hados, un dios fue engendrado, poderoso y sabio más que los dioses. En el corazón de Apsu fue Marduk creado. …Seductora era su figura, la luz brillaba en sus ojos. Señorial era su paso, soberano desde antiguo. … Perfectos eran sus miembros sin medida, imposible de comprender, difícil de percibir. Cuatro eran sus ojos, cuatro eran sus oídos. Cuando movía sus labios, fuego escapaba de ellos. Grandes eran sus órganos para oír, y los ojos, en número igual, escrutaban todo. Era el más alto de los dioses, soberana era su estatura, enormes sus miembros, era alto sobremanera. «¡Hijito mío, hijito mío! Mi hijo, el Sol, ¡Sol de los cielos!». Revestido del halo de diez dioses, era fuerte cual ninguno, con todos sus terribles destellos.”
Pero otros dioses incitan a Tiamat, reprochándole no haber actuado cuando mataron a su esposo.
Tiamat reacciona:
Crea seres horribles (monstruos, serpientes, demonios) preparándose para atacar.
Eleva a un dios, Kingu, como su nuevo consorte.
Ningún dios no se animan a enfrentarlos. Le ruegan a Marduk que combata por ellos.
Marduk acepta, pero a cambio deben nombrarlo dios supremo: él decide ahora los destinos. 
La batalla entre los dos bandos se decide en un combate singular entre Tiamat y Marduk
Entonces entablaron la lucha Tiamat y Marduk, el más sabio entre los dioses, trabaron combate singular, se atenazaron en la pelea. Desplegó su red el señor para atraparla, el viento malo, que seguía detrás, le soltó en el rostro. Cuando Tiamat abría su boca para devorarlo, por ella le lanzó el viento malo para que no cerrara los labios. Cuando los vientos salvajes llenaron su vientre, su cuerpo quedó hinchado, la boca abierta. Lanzó él su flecha, que atravesó su vientre, le desgarró las entrañas, le destrozó el corazón. Dominándola así, acabó con su vida. Luego, con los despojos del monstruo, Marduk “crea” el mundo:
“Se detuvo entonces el señor para ver el cuerpo muerto, porque iba a desmembrar al monstruo y hacer obras estupendas. La partió como un pescado en dos partes; una mitad alzó y la puso como un techo, el cielo, fijó una barrera y puso guardianes a los que mandó que no dejaran escapar las aguas.”
Configura la tierra a partir de los órganos de Tiamat (de sus ojos brotaron el Tigris y el Eufrates, etc.)
Finalmente decide crear al hombre:
“Amasaré la sangre y haré que haya huesos. Crearé una criatura salvaje, 'hombre' se llamará. Cierto, crearé un hombre salvaje. Tendrá que estar al servicio de los dioses, para que ellos vivan sin cuidado. Con maña cambiaré la vida de los dioses.”
El dios Ea sugiere que sea sacrificado un dios para formar al hombre. Se juzga y se condena a Kingu por la revuelta, y se lo sacrifica a él para formar de su sangre al hombre.
“De su sangre formaron la humanidad, a la que él impuso la servidumbre, dejando libres a los dioses.”